350 kilómetros.
350.000 pasos, aproximadamente.
Más de 40 pueblos.
Nafarroa, de norte a sur.

Venimos caminando, de noche y de día, desde Lesaka a Berriozar, a la base del monte Ezkaba, construyendo el camino de vuelta a casa. El camino a casa de las personas presas, refugiadas y deportadas de Euskal Herria. La marcha que iniciamos el miércoles ha llegado a su meta. Gracias a vosotras y a vosotros. Gracias a quienes hoy estáis aquí, a quienes uniéndoos a nuestra iniciativa habéis hecho camino estos días junto a nosotras y a nosotros. Muchas gracias. Muchas gracias, pero no sólo por lo realizado estos días, sino por haber sido nuestras compañeras y nuestros compañeros de camino para llegar hasta aquí. Sin todos esos pasos que hemos dado todos estos años conjuntamente, sin la responsabilidad y el compromiso demostrados en este camino, hoy no estaríamos dando pasos para la vuelta a casa.

Porque estamos en el camino de vuelta a casa, que no es poco, aunque no es suficiente. Han aparecido grietas en los muros cerrados durante años y años. Se siente la caricia de los rayos de sol y la frescura del viento norte a través de los resquicios. Han empezado a reducirse las distancias, y también podemos decir que, poco a poco, se están abriendo las puertas a otra política penitenciaria. Y no es poco…

Pero tampoco suficiente. Lo sabemos. No hemos hecho más que empezar a caminar, pero estamos en marcha, y ya no habrá quien nos pare. Todavía hay presos y presas navarras fuera de Iruña, en prisiones, que, si bien están más cerca que hace un año, sigue sin ser aquello que la misma ley recoge: que el preso o presa debe cumplir condena en la prisión más cercana a su domicilio. La carga de los familiares ha disminuido y eso nos alegra. Ahora toca seguir caminando para hacer que se cumpla la ley en su totalidad. Tanto en lo referente a la política de alejamiento, como en el resto de medidas excepcionales que se les aplica a los y las presas vascas. Estamos en ello. Hoy podemos decir que nuestro esfuerzo, el trabajo realizado hasta ahora, el compromiso y la activación social comienzan a dar frutos y obtienen respuestas.

Es un momento histórico para cerrar heridas del pasado y construir caminos hacia el futuro. Sabemos que estamos ante un desafío histórico, lo que requiere de todas y de todos actuar con mucha generosidad y aún más ambición. El sufrimiento tiene muchas caras, y todas las situaciones han de ser tenidas en cuenta y reparadas, pero, al mismo tiempo, nos corresponde a todas y todos llevar a cabo un firme ejercicio de empatía. Es el momento de actuar con responsabilidad si queremos situar a este pueblo en el camino hacia la convivencia y hacia la paz.

Tenemos capacidad para eso y para mucho más. La marcha de estos cuatro días es una clara muestra de ello. Y estamos dispuestas y dispuestos. Eso es lo principal. Estamos preparadas y preparado para avanzar, para hacer camino de día y de noche. Para llegar al final del camino iniciado. Sin descanso. Esa es nuestra garantía; sacar a la calle el deseo de la sociedad de Nafarroa y llenar los caminos de Nafarroa de reivindicación y de pasos.

Estamos ante un momento histórico que debemos afrontar con responsabilidad y habilidad. Tenemos la oportunidad de abrir un camino nuevo para un futuro diferente al que tenemos. Aprovechémoslo. Porque este camino no tiene grandes misterios; seguir caminando, juntos, entrelazando sendas entre nosotras, entre diferentes, debatiendo, creando acuerdos, escuchándonos los unos a los otros… No nos cansaremos de repetir; si seguimos caminando, si seguimos en marcha, lo conseguiremos. Con responsabilidad, con empatía y con el compromiso que siempre hemos demostrado, lo conseguiremos.

Sin ninguna duda, la marcha entre Lesaka y Berriozar marcará un hito de cara al futuro. ¡Felicidades! Y muchas gracias. Sigamos dando pasos en el camino de vuelta a casa. Sigamos caminando conjuntamente, sigamos conviviendo. Paso a paso, en el camino hacia la paz. Se trata de tejer complicidades, de construir acuerdos, de hablar, escuchar, discutir, decidir… entre todas y todos para todas y todos. Lo conseguiremos.