Opinión

Opinion | MANIFIESTO PARA LA DEFENSA DE LAS MEDIDAS DE LA PLATAFORMA #SOSPresoakCovid19

El 22 de abril de 2020 se hizo público el manifiesto Voluntad política al servicio de la salud y la vida de las personas presas firmado por cuatro entidades de forma conjunta: Salhaketa Nafarroa, Etxerat, Altsasuko Gurasoak y Sare Herritarra bajo el lema #SOSPresoakCovid19. Desde entonces se han hecho distintas acciones para visibilizar la situación de las personas presas en estos tiempos llamados de coronavirus. El manifiesto pone en valor que en esta emergencia sanitaria es necesario poner en el centro los derechos humanos y los derechos de las personas presas, en el mismo sentido que desde el inicio de la pandemia se pronunció la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa (CPT).

Quienes suscribimos este texto nos une el respeto a la vida y la salud de todas las personas, estén o no presas, por encima de cualquier otra disquisición y queremos manifestar públicamente nuestra adhesión al manifiesto #SOSPresoakCovid19.

Desde el inicio de la pandemia de la Covid-19 se ha evidenciado la desigual afectación de la misma según criterios sociales. Sin duda, uno de los colectivos más vulnerables son las personas presas. Por un lado, porque los establecimientos penitenciarios en su condición de centros de confinamiento y espacios en muchos casos de hacinamiento, son lugares de transmisión significativa de la Covid-19. Por otro, porque en un tiempo en el que el lema es “#quédate en casa”, cuando la casa es la cárcel, el encierro es doble, choca con derechos fundamentales de las personas presas y en definitiva el criterio del confinamiento masivo se hace tan extremadamente exigente que es incompatible no solo con un cumplimiento digno de la pena privativa de la libertad sino que puede ser un atentado a la salud de las propias personas presas.

Las prisiones, por lo dicho, son en sí mismas lugares especialmente sensibles al contagio pero también donde se ha de ser escrupuloso con la limitación de los derechos. Sin embargo, las medidas adoptadas hasta el momento por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias han sido limitadas prácticamente en exclusiva al aislamiento en las celdas de las personas presas durante prácticamente todo el día, suspensión de salidas, cancelación de visitas con familiares y actividades, siendo todas estas medidas no solo insuficientes para proteger la salud de las personas presas, sino que vulneran frontalmente los derechos de estas. Es por ello que sigue siendo necesario implementar decisiones por parte de la Secretaría General de Institucional Penitenciarias ya que la enfermedad ha venido para quedarse por un tiempo, pero que sean respetuosas con los derechos ya raquíticos de las personas presas y más ampliamente con los derechos humanos. Urge que se comiencen a tomar medidas reales y eficaces frente a la pandemia encaminadas a reducir la población penitenciaria, a buscar alternativas a las penas privativas de libertad y a la excarcelación directa de personas con condenas cortas o con perfiles que se suelen denominar de bajo riesgo y a aquellas especialmente vulnerables al virus (personas de más de 65 años, previamente enfermas, mujeres embarazadas, madres con hijos e hijas en prisión…) como así solicita el manifiesto de #SOSPresoakCovid19 y recomiendan las máximas autoridades sanitarias y de derechos humanos de Europa. Además, en el caso concreto de Navarra, también se comparte la necesidad de que todas las personas presas cumplan su condena en el lugar de arraigo, tal y como indica la Ley Orgánica General Penitenciaria, siendo especialmente urgente su traslado a Navarra en esta crisis sanitaria.

Por último, mirando al futuro, se apela a que esta nueva situación de pandemia y confinamiento masivo de la población permita pensar nuevas formar de acercarse a la penalidad y a la política penitenciaria anteponiendo la salud, la vida y la dignidad a cualquier otra circunstancia.

Firman este artículo:

Paz Francés Lecumberri. Profesora de Derecho penal de la Universidad Pública de Navarra.
Mikel Armendariaz Barrenechea. Abogado y ex coordinador del Servicio de Orientación Jurídico Penitenciaria del Colegio de Abogados de Pamplona en la cárcel de Pamplona.
Jone Galarza Larraioz. Trabajadora de Justicia.
Fernando Armendariz Arbizu. Activista por los derechos humanos.
Izaskun Garzaron Zudaire. Trabajadora del Gobierno de Navarra.
Enrique Villareal “El Drogas”. Músico.
Patricia Amigot Leache. Profesora de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra.
Mikel Urra Nuin. Médico del Complejo Hospitalario de Navarra.
Oinatz Bengoetxea Berasategi. Pelotari profesional.
Hedoi Etxarte Moreno. Escritor


OPINIÓN | El derecho a la salud de las personas presas en grave riesgo

Los firmantes de este artículo acudimos los días 10 y 11 de marzo, en representación de SARE, a entrevistarnos con los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados. Fueron reuniones cordiales en las que se nos oyó y escuchó. Nuestro mensaje quiso ser una llamada de atención sobre la situación de emergencia de presos y presas vascos en relación a la enfermedad, el alejamiento y la progresión de grado. La gravedad de la situación causó preocupación en nuestros interlocutores.

En esos días ya se extendía la pandemia por Madrid y se iba haciendo viral el término de “colectivos de riesgo” entre los que se señalaba como especialmente vulnerables a las personas mayores. Pues bien las personas en prisión tienen todos los boletos: edades avanzadas, enfermedades muy graves, alejamiento familiar, opacidad de la información…y ahora en una cuarentena convertida en confinamiento por duplicado.

Esta semana del Día Internacional de la Salud (el 7 de abril) invita a recordar esta situación. El derecho a la salud es el derecho a la vida también de las personas en prisión. La prisión dificulta enormemente el debido tratamiento médico y acorta la esperanza de vida de las personas gravemente enfermas, vulnerando el derecho a cumplir condena en su domicilio en esas circunstancias.

Solamente exigimos que se cumpla la ley evitando muertes en prisión. No lo permite el Derecho, como tampoco permite, por radicalmente injusta, la crueldad de Estado.

Exigir el derecho universal e irrenunciable a la salud de las personas en prisión es una responsabilidad colectiva, una parte del cuidarse mutuamente que ha sido sano leit motiv en la pandemia, y es requerimiento de una sociedad democrática.

Las queremos vivas y en casa.

Joseba Azkarraga, Iñaki Lasagabaster y Ramón Zallo
Red Ciudadana Sare


La activación social es una de las claves

La activación social es una de las claves

Arantza Aldezabal, Urtza Alkorta y Ainhoa Azkarate – Sarekides


 

La red ciudadana Sare está repitiendo varias veces, que hay necesidad de abrir un nuevo ciclo de activación. Pero, ¿Qué es lo que queremos transmitir mediante esta idea? ¿Porqué hay esa necesidad de activación? ¿Cuál es sujeto a activar? ¿Cómo podemos conseguir activarlo?


La palabra activar proviene del adjetivo del latín activus, activa, activum que se encuentra formado por actum supino del verbo agere (hacer avanzar, mover) y el sufijo –ivus.  De esta manera, el concepto de dicha palabra se refiere a llevar a cabo o moverse.

En cambio, si miramos en el diccionario, encontraremos definiciones como “aumentar la intensidad o la rapidez de una cosa”, “hacer que se ponga en funcionamiento un mecanismo”, o “hacer que un proceso sea o parezca más vivo”.

Pues bien, Sare pretende que la fuerza social favorable al proceso de resolución y a los derechos de las presas y presos vascos, aumente su intensidad, se ponga en funcionamiento o sea más vivo.

Cuando se acaban de cumplir cinco años, desde la Conferencia de Aiete, y la decisión de ETA de poner fin a su actividad armada, tenemos la convicción de que tenemos el deber de hacer frente a un conflicto irresuelto. La necesidad de un nuevo impulso, que mueva la posición de los Estados, que les haga cambiar su actual actitud irresponsable. Y creemos, que la responsabilidad de la consecución de ese objetivo, es del conjunto de la sociedad vasca. Porque lograr la paz no es sólo responsabilidad de una parte de la sociedad, sino que lo es, de todas y todos.

Lo que están haciendo con las presas y presos vascos, nos lo están haciendo al conjunto de la sociedad. Porque cuando se niegan a aplicar su propia legalidad o los pactos y convenios internacionales, cuando se niegan a tener una pizca de humanidad… están agrediendo no sólo a las personas presas y su entorno más cercano, sino que también a la totalidad de la sociedad.

Hasta hoy, las disputas entre los partidos son las que se han impuesto en el campo de juego, también en lo que respecta a esta área. En consecuencia, también se ha notado esta influencia negativa, a la hora de lograr la implicación de las instituciones vascas. Pero Sare, desde sus comienzos hasta hoy,  ha hecho un enorme trabajo, con responsabilidad, de cara a articular personas de diferentes sensibilidades por encima de cualquier ideología. Y hoy es el día que podríamos decir, desde la humildad, que el nuestro, es un movimiento que ha conseguido tener una amplia referencia. Pero aún, queda mucho por hacer.

Por todo ello, creemos que es imprescindible abrir un nuevo ciclo de activación. Es la hora de activar, lo que hemos articulado en estos dos años. Con ese objetivo, presentamos la dinámica Salatzen Dut a principios de septiembre, hemos hecho la ronda con los partidos, o la manifestación de Donostia por la excarcelación de los presos enfermos. 

En concreto, con el objetivo de activar a la sociedad vasca. Para mover, la opinión mayoritaria favorable a la resolución y al respeto de los derechos de las presas y presos vascos, más allá de estar a favor. Para impulsar lograr acuerdos, iniciativas y pasos entre los partidos, que tengan influencia en las instituciones. Y para hacer visible a través de la movilización, el nivel de implicación cosechado.

Nuestra intención es poner toda la sociedad unida y en marcha. Activada. Con una mayor implicación de todas y todos. Desde la sociedad civil, hasta los partidos y las instituciones. Trabajadores, abogados, deportistas, aficionados, estudiantes, arquitectos, ingenieros, profesores, traductores, periodistas, científicos, escritores… activar a todas y todos, es nuestro objetivo.

Y para conseguir ese objetivo, hemos hecho público la herramienta de trabajo Salatzen Dut. Que queremos que sea el símbolo social de los Derechos Humanos. Que cada cual lo pueda hacer suyo. Difundiéndolo en su propia área, y consiguiendo implicaciones. Activando las fuerzas de cada sector. En las canchas de baloncesto y pelota, o en los campos de fútbol. En las fábricas, colegios e instituciones. En las calles…

Salatzen Dut, quiere ser multifacético, con iniciativas de diferentes formas y características. Un mínimo común compartido por todas las sensibilidades. Nuestro objetivo es que sea una herramienta de activación.

En definitiva, porque tenemos la convicción de que si desde cada ámbito hacemos fuerza en la misma dirección, será imparable. Sociedad civil, partidos e instituciones compartiendo la misma hoja de ruta. Sociedad civil, partidos e instituciones unidos en marcha, para mover las voluntades de Madrid y París.

El 15 de octubre en Donostia, pusimos el primer campamento de este nuevo ciclo de activación. En las próximas semanas, realizaremos una segunda ronda con los partidos, de cara a activar también ese ámbito. Lo que hay que sumar, a la intención de activar a las diferentes sensibilidades en cada localidad. Y queremos que la movilización multitudinaria de enero, sea un punto de inflexión importante en la hoja de activación.

Salatzen Dut, tiene los condimentos necesarios, para lograr que esa mayoría social, política, sindical e institucional, favorable al respeto de los derechos de los presos y presas vascos y a la resolución, se articule, se active y ponga este problema en el centro de la agenda política. Le corresponde a cada agente reflexionar, si es capaz o no de aportar sus esfuerzos en la medida que exige la situación.
Nosotros y nosotras, lo tenemos claro. En el camino de superación del conflicto, la activación social es una de las claves para que este curso sea decisivo.


Giza eskubideen defentsan laguntza behar dugu!

Gurekin parte hartu eta ekarpen ekonomikoa egin nahi baduzu SAREINA izatera gonbidatzen zaitugu. Izan Sare!

Izan Sare


Por la aplicación de los derechos humanos de las personas privadas de libertad gravemente enfermas

Por la aplicación de los derechos humanos de las personas privadas de libertad gravemente enfermas

Eneko Goia, Joseba Asiron, Gorka Urtaran, Julen Mendoza – Alcaldes de Donostia, Iruñea, Gasteiz y Orereta-Errenteria


 

Los que suscribimos el presente escrito lo hacemos desde una firme convicción que compartimos: la defensa de todos los derechos humanos de todas las personas. Derechos de los que todas las personas somos titulares, también aquellas privadas de libertad.

Además, nos une a los cuatro alcaldes de diferente ideología el hecho circunstancial de contar en nuestros municipios con personas presas que se encuentran gravemente enfermas, o aquellas otras que ya han superado los 70 años de edad. Son estas circunstancias, y el hecho de que sus derechos no están siendo respetados, las que nos llevan, en ejercicio de nuestra responsabilidad y desde una óptica estrictamente humanitaria, a trasladar nuestra posición y a solicitar la excarcelación de estas personas, así como de cuantas otras se pudieran encontrar en la misma situación.

Cuatro son las razones que nos llevan a sostener esta posición: la primera, el respeto a la dignidad de las personas, incluida la de aquellas que se encuentran en una situación de privación de libertad. Creemos en una sociedad donde los poderes públicos sean los veladores del respeto a la dignidad humana de todas las personas, porque creemos que una sociedad que vulnera el principio máximo de la dignidad humana es una sociedad quebrada en lo humano y con enormes carencias democráticas. El mantenimiento en prisión de una persona gravemente enferma e incurable sin las debidas condiciones para el tratamiento de su enfermedad atenta contra la dignidad de esa persona.

La segunda de las razones reside en nuestra posición firmemente contraria a la aplicación de penas inhumanas, no solamente en su establecimiento o fijación, sino también en el devenir de su ejecución. La permanencia de una persona gravemente enferma e incurable en una situación de privación de libertad no solo supone romper el principio del respeto a la dignidad humana, sino también supone en muchos casos una doble pena sobre la persona, porque el sufrimiento, y por ende el castigo sobre esta persona privada de libertad, crece exponencialmente en comparación con cualquier otra persona recluida.

La tercera, el estricto cumplimiento de la legalidad aplicable a estas situaciones, y que en estos casos no se está produciendo por consideraciones que exceden el ámbito de lo estrictamente jurídico.

Y por último, creemos que la denegación de la excarcelación de una persona presa gravemente enferma e incurable rompe el principio de la resocialización de la pena privativa de libertad. La memoria anual de la Fiscalía General del Estado de 1991 señalaba que en los supuestos de enfermedad grave e incurable «las penas privativas de libertad ya no pueden cumplir su fin primordial de procurar la reinserción social del penado». Solo la función punitiva y de castigo de la pena puede explicar la presencia en prisión en situación de preagonía, carece de sentido orientar a la reinserción a quien solo hubiera de salir de prisión para agonizar y morir.

Dicho esto, este principio de resocialización adquiere todavía una mayor dimensión en una situación de construcción de la paz y de la convivencia en la sociedad vasca. Sin duda alguna, y desde una perspectiva política, porque ayuda a la consolidación de la paz y elimina sufrimiento innecesario que solo hace dificultar la construcción de una nueva sociedad.

Pero también, y desde una perspectiva jurídica, porque han desaparecido las razones que la Administración del Estado pudiera entender de riesgo para la seguridad ciudadana, y porque el derecho no puede abstraerse de esa nueva realidad social, y se ha de interpretar de acuerdo a ella. Por tanto, no debiera existir impedimento político ni legal alguno para la excarcelación de las personas presas con enfermedades graves e incurables y aquellas que han cumplido los 70 años de edad.

Finalizamos manifestando nuestro firme compromiso por seguir trabajando no solamente por la defensa de todos los derechos humanos para todas las personas, sino también por responder a ese anhelo de la sociedad de construir un nuevo escenario democrático, de paz y convivencia.


Contra la política de Dispersión

arantza-amezagaContra la política de Dispersión

Arantzazu Ametzaga Iribarren
Bibliotecaria y escritora


 

Dice Oscar Wilde en su Balada de la cárcel de Reading: … No he visto nunca a un hombre contemplar con mirada tan anhelante ese toldito azul que los reclusos llaman cielo… Al enterarse el poeta de la condena al preso, culmina diciendo: … Los mismos muros de la cárcel parecieron temblar de repente y el cielo sobre mi cabeza se convirtió en un casco de acero candente; y aunque yo también era un alma en pena, mi pena no podía sentirla.

Cada vez que me acerco a una cárcel, recito las palabras de Wilde, comprendiendo que quien ha cometido un delito a la sociedad debe pagarlo en la medida en que la Justicia, a la que sabemos ciega pero no aceptamos perversa, dictamine. El peor de los castigos es la privación de libertad, la de convertirse en un número de un establecimiento, soportar la condena de un grupo social que prefiere ver al delincuente apartado, destinado de por vida a pagar su culpa, tal cual los dioses griegos dictaminaron inexorables contra Sísifo que cargaba una piedra hasta la cima de una montaña, pero nunca podía dejarla en ella, pues la piedra, por voluntad de los dioses, rodaba hacia abajo. Así, una y otra vez.

Estamos viviendo un largo y complicado y doloroso proceso en nuestro pueblo, desde que ETA abandonó las armas, y va pasando el tiempo y la sociedad ha recuperado su pulso pero no del todo el latido del corazón. En aquellos tiempos nefandos que vivimos, la condena se extendía a todos los vascos/as, como si ETA fuéramos todos y no producto nefasto de un nefasto terrorismo de Estado, como si extendiendo un tupido velo sobre los años de la guerra y la dictadura que le siguió y fueron cuarenta, se podía culpar a una organización de las causas maléficas que afectaban los años en que en el Estado Español, se ensayaba, por fin,  democracia.

En esas décadas terribles en que las que parecía que el tañido de muerte de las campanas acallaba nuestro afán de vivir, habían otras fuerzas oscuras e igualmente nefandas, que devoraban el patrimonio de un estado, derivado de los impuestos ciudadanos, en beneficio propio. Los escándalos que estamos presenciando en su mayor parte derivados del Partido Popular y la Monarquía, no solo nos anonadan por lo que suponen, sino que vemos que no hay cárcel ni pena contundente para la mayoría de ellos. Ali Baba y los Cuarenta Ladrones propiciaron el receso de una economía que nos afecta, sobre todo a la nueva generación. Y que, para mi, es una manera de crimen organizado.

Pero los presos/as de ETA, doce de ellos padeciendo enfermedades graves, siguen en prisión y lo que es más grave, dispersos de Euskadi. Alejados de sus familias que de esta manera son castigadas también, embutidos en cárceles foráneas, los recluso/as siguen mirando ese pedacito de cielo desde las rejas de su celda. La Justicia ha actuado contra ellos de manera contundente, ajena al pensamiento de Lincoln de que la más estricta justica no es nunca la mejor política. En este caso, la Justicia se acomoda al deseo del más fuerte.

SARE ha denunciado que la Audiencia Nacional funciona como correa de transmisión del Ministerio de Justicia, afirma que simplemente con la aplicación de la ley, nadie pide excepciones, muchos de los presos deberían estar ya en libertad, de regreso a su país y familias porque equivocados o no, su lucha estaba dirigida en esa dirección. Hubo muchos más quienes en mi generación prefirieron el camino de la paz para la reclamación nacional, pero hubo otros que no lo hicieron. Pero nadie debería estar padeciendo privación de libertad, cumplido los plazos de la condena, por una idea. Todos tenemos derecho a tener ideas, a debatirlas, a conciliarlas, aunque en el fondo de esa idea subyaga que la unidad de España no es aceptable. El problema radica en preguntarse porque somos tantos los que no creemos en semejante unidad. Qué ha fallado en el término España que tantos lo rechazan. Y no solamente los vascos o lo catalanes, que ya lo hicieron en el S. XIX las colonias, hoy repúblicas, que conformaban el Imperio Español.

Se trata de iniciar un proceso de acercamiento físico de los presos, son cuatrocientos setenta, revisar las condenas, reintegrar, a quienes las hayan cumplido, a la vida civil a la que pertenecen. Son personas, equivocadas o no, que han hecho grave daño, pero que han pagando por ello con su reclusión. Deben regresar a nosotros para que podamos convivir con la Memoria Histórica que devela los horrores de una guerra que nos ha conducido a esto, y de la que todos somos herederos, unos en la amarga derrota otros en la opulenta victoria, y comenzar una vía de normalización para que la nueva generación pueda crecer sin odios ni rencores, sin miedo ni dolor. Una vía en la que la palabra y el debate libertario, el restablecimiento pleno de los Derechos Humanos, prevalezcan sobre la cohesión y la mordaza. Sobre el deseo de venganza y el poderío de la fuerza. Y como son días de Pascua, me voy cantando la vieja canción de nuestro pueblo, tantas veces exiliado y repatriado, la que cantaba mi aita en cada una de sus navidades: Hator, Hator mutil etxera.

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Los tribunales españoles (la Audiencia Nacional) impiden la aplicación de las normas europeas a los presos y presas vascas, cometiendo una clara ilegalidad

Los tribunales españoles (la Audiencia Nacional) impiden la aplicación de las normas europeas a los presos y presas vascas, cometiendo una clara ilegalidad.

Iñaki Lasagabaster Herrarte

La finalidad de la Decisión marco 2008/675/JAI es establecer las condiciones en las cuales se tienen en cuenta las condenas que hayan sido pronunciadas en otros Estados miembros contra la misma persona por hechos diferentes o las condenas cumplidas ya por esas personas. Esta regulación llevaba a tener en cuenta los tiempos de condena cumplidos por los presos y presas vascas en otros Estados europeos, fundamentalmente en Francia, cuando se trata de determinar el tiempo que les queda pendiente para el cumplimiento de las condenas que les habían sido impuestas por los tribunales españoles.

Esta decisión marco fue aplicada por el Tribunal Supremo, en su sentencia 186/2014, donde se apoya en esta Decisión marco 2008/675/JAI. La aplicación directa de la Decisión marco significa que el tiempo de condena cumplido en el Estado francés se tenía en cuenta al efecto de determinar el tiempo de cumplimiento de condena que le corresponda a esa persona en el Estado español.

Cuatro años después de la entrada en vigor de la Decisión marco 2008/675/JAI se dicta en las Cortes Generales la Ley orgánica 7/2014 cuya finalidad es dar cumplimiento a las previsiones de la Decisión marco señalada. La Ley se dicta pasado ya el plazo de transposición de la Decisión marco. En realidad la ley no era necesaria para que la Decisión marco fuese aplicable, ya que el Tribunal Supremo había aplicado directamente la Decisión marco 2008/675/JAI, descontando las condenas cumplidas por una persona en Francia del tiempo de condena a cumplir en el Estado español.

Sin embargo el legislador español dictó esa Ley orgánica 7/2014 con el claro objetivo de evitar su aplicación a los presos y presas vascos. Así, la Ley establece que la posible acumulación de condenas, a la que hace referencia la Decisión marco 2008/675/JAI, solamente afectará a aquellas condenas cumplidas con posterioridad al 15 de agosto de 2010.

La introducción de este límite temporal es contraria a lo que ya había sido establecido por el Tribunal Supremo en su sentencia 186/2014, que ya había aplicado esa acumulación.

El problema que se plantea judicialmente, al reclamar los presos y presas vascas la acumulación de condenas, es la relación entre la Decisión marco 2008/675/JAI y esta tardía Ley orgánica 7/2014. La pregunta fundamental que se suscita es la siguiente:

¿La Decisión marco 2008/675/JAI puede interpretarse en el sentido de que faculta a un Estado miembro a excluir de la toma en consideración de modo equivalente de las sentencias condenatorias dictadas por los Tribunales del resto de los Estados de la UE las que fueran anteriores al 15 de agosto de 2010?

Ante esta duda, el tribunal de la Audiencia Nacional debería preguntar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea cuál era la respuesta a esa cuestión. Con otras palabras, si los Estados pueden dictar una ley que limite la acumulación de condenas o si esa ley sería contraria a la Decisión marco 2008/675/JAI.

El Tribunal español no ha dirigido sin embargo esa pregunta al Tribunal de Justicia de la Unión Europea estando obligado a ello. El Tribunal afirma que la Decisión marco es clara a ese respecto, aunque nueve jueces afirman lo contrario en un voto particular, diciendo que debía haberse realizado la pregunta a dicho Tribunal europeo. La pregunta al Tribunal de Justicia de la Unión Europea es obligatoria y sirve para que esa Decisión Marco se interprete igual en todos los Estados europeos. Se quiere lograr así que las normas europeas se interpreten de la misma forma en toda Europa y quien dice cómo se deben interpretar es el Tribunal de Justicia de la Unión.

Esta actuación del Tribunal de la Audiencia Nacional, impidiendo que se plantee la pregunta (lo que se llama técnicamente una cuestión prejudicial) ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea obliga a realizar algunas consideraciones, así:

1) Existe un claro interés en algunos miembros del Poder Judicial en evitar que llegue al Tribunal de Justicia de la Unión Europea una cuestión prejudicial dirigida a aclarar el alcance de la Decisión Marco 2008/675/JAI.

2) No es jurídicamente comprensible esta resistencia a la luz de las diferencias de interpretación que tiene la Decisión Marco 2008/675/JAI. Estas diferencias de interpretación se manifiestan en dos cuestiones fundamentalmente, a saber:

  1. a) Nueve jueces sobre diecinueve han planteado un voto particular donde se discute la interpretación de la Decisión Marco y b) el Tribunal Supremo ya la había aplicado directamente, antes de la entrada en vigor de la Ley 7/2014, admitiendo la acumulación de condenas. Con la entrada en vigor de la Ley 7/2014 se trata de impedir nuevas sentencias como la citada del Tribunal Supremo.

3) La conclusión obligada de los datos anteriores es la existencia de una directriz política dirigida a impedir que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea se pronuncie sobre el alcance de la Directiva 2008/675/JAI. Para el logro de ese objetivo no se duda en forzar hasta el límite la legalidad comunitaria y la propia legalidad española. Un empecinamiento tal, cuando se trata del cumplimiento de muchos años de cárcel por personas que ya han cumplido largos años de condena, pone claramente en cuestión la independencia del poder judicial y su falta de respeto a la legalidad, a las normas del Derecho europeo.

A estas críticas podrían añadirse otras, algunas técnicas y de difícil explicación en un artículo de este tipo. Pero, en todo caso, sí se puede y debe afirmarse que los tribunales españoles, especialmente los que que forman parte de la Audiencia Nacional, no constituyen ninguna garantía para el respeto de los derechos de los presos y presas vascos. La gravedad de este hecho no es necesario subrayarla. Si los tribunales no sirven para garantizar el respeto de los derechos de las personas, también de las que están en prisión ¿vivimos en un Estado de Derecho? Si no se respetan los derechos de las personas y no se garantiza la separación de poderes, la independencia judicial, ¿vivimos en una democracia? La respuesta a estas preguntas no requiere ser especialista en derecho.

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Por su salud, activémonos

Marilo Gorostiaga, Jon Kirru Iparragirre

La política penitenciaria que se aplica a las personas presas vulnera un sin fin de derechos humanos pero, sin duda, la vulneración del derecho a la salud es una cuestión de extrema gravedad. A pesar de las numerosas denuncias realizadas por parte de diferentes personas que trabajan en el ámbito de los DDHH, la judicatura y la sociedad en general, Madrid y París mantienen a los presos enfermos en prisión y alejados de su entorno social y afectivo.

Es algo mucho más serio que un cálculo político, son vidas humanas que se van apagando en las celdas de las lejanas cárceles españolas y francesas, al amparo de una legislación de excepción que se les aplica.

Legislación de excepción, chantaje,… así definimos la política penitenciaria en vigor. Una política al servicio del odio y la venganza, no de la justicia y los derechos humanos. Una política diseñada en el Ministerio del Interior para luego ser aplicada por tribunales, saltándose las decisiones y doctrinas europeas.

La cárcel obstaculiza, cuando no impide, un tratamiento adecuado y las condiciones de estas personas cuando son conducidas al hospital son en muchas ocasiones una aventura terrorífica para quien tenga un mínimo de humanidad. Los presos y presas enfermas deben de estar libres, se les deben aplicar las medidas que recoge la legislación para acceder inmediatamente a la libertad condicional, deben poder ser atendidos por sus médicos de confianza, en sus centros de salud mas cercanos a sus domicilios, en un entorno social y afectivo que permita una buena evolución de la enfermedad.

Son 12 los presos y presas vascos enfermos en cárceles, en la mayoría de los casos, muy lejos de sus casas: Ibon Fernández Irad, José Ramón López de Abetxuko, Aitzol Gogorza, Gorka Fraile, Ibon Iparragirre, Garikoitz Arruarte, Txus Martin, Josetxo Arizkuren, Iñaki Etxeberria, Lorentxa Guimon, Jagoba Codo y Jose Miguel Etxeandia.

Los y las ciudadanas vascas queremos cerrar las heridas del pasado y dar pasos en favor de la resolución y la paz, pero las respuestas de los gobiernos no han sido las que esperaba la sociedad vasca. El camino hacia la solución está lleno de obstáculos y pesadas piedras, sólo superables con el esfuerzo colectivo.

Es urgente acabar con esta situación. Está en nuestras manos, no podemos esperar nada de Madrid y Paris. Pero tenemos total confianza en la fuerza que cada uno de nosotros puede aportar. Tenemos que traerlos, tenemos que acabar con la dispersión, con la persecución a los exiliados, con la deportación.

¡Tenemos que mover las piedras! Nosotros las hemos empezado a mover ya y continuaremos en la manifestación que bajo el lema “Aske eta bizirik SOS, larriki gaixorik dauden presoak etxera” partirá el 8 de diciembre a las 12:30 h. desde la Azoka de Durango. Y continuaremos haciendo fuerza en las manifestaciones del 9 de enero de Bilbo y Baiona.

Queremos unir nuestra fuerza con la tuya, entre todos y todas podemos conseguirlo.


Ante una situación injusta y contraria a derechos

Joseba Azkarraga y Teresa Toda, portavoces de Sare

Mucho se ha hablado en la sociedad vasca, durante las últimas semanas, de sufrimientos, de víctimas, de memoria, de reparación. Se han hecho propuestas, se han celebrado memoriales, se han desarrollado encuentros y actos oficiales. Ha habido gestos de reconocimiento, necesario y merecido, a familiares y víctimas directas de violencias sufridas durante las últimas décadas en nuestra tierra.

Pero no todas las voces se han podido oír con la misma intensidad, ni todas las víctimas han sido igualmente reconocidas. Apenas han encontrado lugar aquellas personas que siguen padeciendo, hoy en día, las consecuencias de una política penitenciaria anclada en el pasado y que genera sufrimiento, dolor e injusticias sobre las personas presas y, especialmente, sobre sus allegados.

Cuatro años después de la declaración de ETA poniendo fin a toda su actividad armada, y tras los pasos dados por el Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos (EPPK), cabría esperar algún cambio en una política penitenciaria durísima, muy alejada de las recomendaciones europeas en esta materia.

Pero no ha sido así. A pesar de los cambios ocurridos desde 2011 en el panorama político y social vasco, cada fin de semana las carreteras que surcan el Estado español siguen siendo recorridas por cientos de personas que, desde Euskal Herria, emprenden viajes que nunca hubieran hecho de no ser por la política de dispersión de presos y presas vascas. En ese obligado desplazamiento han muerto 16 personas y varias decenas han sufrido heridas y consecuencias graves en accidentes.

Además de los costes económicos hay que subrayar los emocionales. El paso de los años hace que muchos padres no puedan ya soportar los trayectos para visitar a sus hijos e hijas. Decenas de niñas y niños pierden semanalmente horas o días de ikastola para emprender ruta hacia unas visitas con las que mantener vivo el vínculo familiar.

La dispersión ha sido complementada por unas modificaciones específicas de la legislación y reglamentos penitenciarios que endurecen al límite las condiciones de cumplimiento de penas y que alargan la estancia en prisión.

Ante todo ello, Sare trabaja con el objetivo de lograr que cambie la situación. Pedimos la implicación y el compromiso de personas, entidades, instituciones y fuerzas políticas y sociales. Apelamos a despojar a la cuestión de ropajes e intereses políticos, pues así se enfocará en toda su crudeza como una cuestión que atañe a derechos básicos (derechos humanos, pero también derechos legales) de las personas presas y sus familiares. Queremos un clamor unitario.

Esta es una de las aspiraciones de Sare, red que pretende lograr el fin de la dispersión, y la derogación de toda la legislación excepcional que la envuelve y sustenta. En ese camino, es prioritario lograr la excarcelación de presas y presos gravemente enfermos, así como la de quienes cumplieron condenas en el Estado francés que el Estado español se niega a contabilizar pese a la directriz europea que así lo indica.

Sare ha abierto vías, caminos, relaciones amplias en este año y medio. Hay imágenes, como la del pasado mes de junio en el hotel Abando, que atestiguan que voces muy diversas respaldan nuestros objetivos y formas de trabajo.

Hemos constatado que, poco a poco, se van oyendo más opiniones que cuestionan esta política penitenciaria y la legislación y reglamentos excepcionales. Son pronunciamientos hechos en Euskal Herria, en el Estado español –incluso desde la propia Audiencia Nacional-, en el Estado francés (Declaraciones de Baiona y París, palabras de la ministra Taubira), y en instancias de la Unión Europea (iniciativa Free Otegi, Free Them All, y sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, entre otras).

Pero la situación se prolonga y se agrava. El Gobierno español hace oídos sordos. Por eso se necesita un esfuerzo sostenido. Por eso saldremos a las calles de Bilbao y Baiona el próximo 9 de enero, con reivindicaciones muy claras, a las que esperamos se sumen muchas personas que, aún no compartiendo planteamientos ideológicos, sí son capaces de manifestarse ante esta sostenida vulneración de derechos, defendiendo que, para resolver las cuestiones pendientes, hace falta la modificación de situaciones excepcionales y diálogo en vez de sed de venganza.


Desde Nafarroa a Bilbo y Baiona

Ainhoa Azkarate, Maria Luisa Mangado, Amaia Izko y Arantza Amezaga.

Hace unos días Bagoaz y Sare, al unísono, invitaban a la sociedad vasca a dar pasos, conjuntamente, en una movilización que tendrá lugar el 9 de enero próximo, tanto en Baiona como en Bilbo.

El llamamiento no se hizo desde un escenario cualquiera, sino desde la Casa de la Paz y de los Derechos Humanos, en el Palacio de Aiete de Donostia, clave para el desarrollo de los trabajos y compromisos que desde hace algunos años se están promoviendo en nuestro pueblo en favor de la resolución y de la paz.

A las ciudadanas navarras abajo firmantes nos produjo una grata sensación ver en el mismo lugar, en la misma mesa, con un solo discurso y de la mano, a los dos colectivos de personas que trabajan en la defensa de los derechos humanos de las personas presas, exiliadas y deportadas. Y esa sensación de gratitud nos acompaña en cada acto que organiza Sare, y nos sentimos así porque a pesar de las dificultades del momento, porque a pesar de los múltiples obstáculos que este pueblo tiene que saber sortear para avanzar en el camino de la solución, personas de diferente credo político hemos decidido unirnos en algo tan básico y tan universal como es el respeto a los derechos humanos, porque hemos decidido ser activos en la desactivación de una política penitenciaria vengativa, y hemos decidido hacerlo mano a mano, uniendo manos diferentes, dejando para otros momentos nuestras diferencias ideológicas y trabajando en algo tan básico como el fin de la dispersión o la puesta en libertad de los y las presas enfermas, del aislamiento, del alargamiento de condenas, de la aplicación excepcional de las leyes a este colectivo…

Apostar por los derechos humanos es precisamente eso, ofrecer lo que está en nuestras manos, mover nuestras fichas con movimientos mas cortos o mas amplios para intentar mover voluntades en Madrid y París, es difundir la cruda realidad que viven los miles de familiares y amigos de los y las presas políticas vascas, es denunciar la negativa española a aplicar la doctrina europea sobre el cómputo de penas cumplidas en otros países, como lo es también sensibilizar sobre lo duro e inhumano que es vivir con una enfermedad en prisión, y sin el aliento de las personas mas cercanas. Es, en definitiva, ver con simpatía una red activa en la defensa de los derechos humanos, la solución y la paz.

El acuerdo estratégico entre Bagoaz y Sare hará posible que el próximo 9 de enero miles de hombres y mujeres den pasos, exigiendo, a su vez, a los gobiernos centrales de Madrid y París que ellos también caminen junto a la sociedad vasca, que ellos también caminen y pongan fin a esta política penitenciaria, que caminen y que dejen vivir en su tierra, sin ningún tipo de persecución a las personas exiliadas, y que caminen para que la deportación deje de ser el brazo más largo de la dispersión; que caminen con nosotros y nosotras, pero, sobre todo, que muevan ficha, que apuesten de una vez por todas por trabajar por un futuro en paz y convivencia.

Y es aquí donde alguien dirá que la ficha está en sus manos; sin embargo, a nosotras nos parece que no hay nada más lejos de la realidad: si bien las llaves de las cárceles se guardan en los ministerios de ambos estados, francés y español, el acto de hacerla girar en el interior de la cerradura está en nuestras manos; son nuestras manos, y los pasos que demos los que van a hacer que eso ocurra.
El 9 de enero de 2016 caminaremos juntas, en localizaciones diferentes, Baiona y Bilbo, dos ciudades y un solo pueblo, caminando juntas y mirando a los ojos a Madrid y a París, exigiéndoles compromisos, exigiéndoles a ambos lados que se muevan... ¡Que se muevan ya! O incluso, mejor dicho... ¡Que los muevan ya!

El 9 de enero nos veremos en Bilbo y en Baiona; estemos donde estemos, estaremos en el mismo sitio, en el camino hacia la solución que ansía este pueblo. Nos veremos allí! No faltes!

 


Jagoba etxera! Artículo de opinión

A veces viendo la cerrazón y la deshumanización de las instituciones y organismos competentes en la solución de estas graves situaciones, nos invade el desánimo y la idea de que nuestras acciones no van a cambiarlas. Pero cuando recibes una carta del enfermo o hablas con sus familiares y amigos y ves su sufrimiento piensas que merece la pena y que tienes que poner tu granito de arena para que todo esto cambie.

Jagoba Codo lleva 14 años encarcelado, es un preso donostiarra que no sobrepasa mucho la cincuentena. No obstante ha presentado para su edad múltiples problemas médicos: graves problemas bucales que han derivado en varias intervenciones quirúrgicas, síndrome del túnel carpiano bilateral, meningitis, vértigos y otros que no mencionaremos para no alargarnos.

Pero el problema de salud que más le afecta es una Espondilitis Anquilosante. Se trata de una enfermedad reumática crónica y progresiva que en la mayoría de los casos podemos considerar como grave. Debido a esta enfermedad ya se excarcelo a un preso oiartzuarrra hace años, pero al parecer, los “tiempos han cambiado”.

Jagoba ha presentado y presenta problemas osteoarticulares en prácticamente todo el cuerpo: cuello y espalda, hombros, brazos, codos, caderas, pies…. Dolor, inflamación, rigidez, adormecimiento, que le hacen estar en ocasiones con gran discapacidad, con dificultad para mantenerse en pie, problemas incluso para escribir las cartas, etc.

Ha sido tratado durante más de tres años por el Servicio de Reumatología del Hospital Donostia, haciéndosele revisiones trimestrales, pero al poco tiempo de hacerse público su nombre como preso grave fue trasladado desde Martutene hasta Castellon. ¿Casualidad? Jagoba no ha vuelto a ser visto por Reumatologos y a duras penas se le han proporcionado los medicamentos que necesitaba para aliviar sus síntomas. Los ultimos datos que nos proporcionan sus familiares son que, además de la sintomatología dolorosa, se encuentra con gran rigidez y encorvándose de manera llamativa.

Las personas que padecen esta enfermedad saben lo importantes que son el seguimiento, la dieta, y sobre todo los programas individualizados de rehabilitación. Además muchas veces precisan tratamientos más agresivos que necesitan estrecho seguimiento. ¿Cómo va a hacer todo esto en la cárcel? ¿Cuáles fueron las razones para su traslado?

Tras todo esto desde luego no hay razones sanitarias ni humanitarias.

No es el único preso vasco con graves problemas de salud, no queremos olvidarnos de la grave situación del resto de los presos enfermos (Txus, Aitzol, Ibon…). Todos ellos tienen razones de sobra para estar en su domicilio. Para recibir el tratamiento adecuado en las mejores condiciones posibles.

Es nuestra obligación como personas y como médicos reivindicarlo y el de una sociedad sana luchar para conseguirlo.

El sábado tenemos una oportunidad para ello, participando en la movilización que SARE ha convocado en Donostia para las 17:00 en el Kursaal.

PRESO GAIXOAK ETXERA

Jabi Hernando Aizpurua - Justo Atristain Gorosabel - Amaia Sarasola Balerdi - Aitor Alberdi Azkue

Médicos